6.7.07

Benedicto XVI

A raíz de las polémicas declaraciones del Papa Benedicto XVI, decidimos ir en una misión de paz y amor a entrevistarlo. ¿Habemus entrevista?


Desde ya se los decimos (además es obvio por el nombre de esta sección): no habemus entrevista. No se ilusionen. Pero lo que importa es el camino, no la llegada (tiembla Narosky).

Nuestras intenciones, como siempre, fueron justas y nobles. El Papa Benedicto se mandó un macanón, y nosotros queríamos entrevistarlo más que nada para hacerle saber nuestro mensaje de paz y amor. Todos podemos convivir en armonía, hermanos: judíos, islámicos, cristianos y hare krishnas. Hare, hare, hare. Aleluya.

Ok, continuemos. El Papa, aunque es un enviado de Dios y (supuestamente) está con los pobres y oprimidos, es muy difícil de contactar. Raro, ¿no? Se los decimos porque lo sufrimos en carne propia, porque nos costó un montón llegar a una fuente cercana a Bene. ¿No nos creen? (digan que no, por favor). “¡Nooo!”. Está bien, entonces ahora les vamos a mostrar nuestra extensa y nunca antes publicada cadena de contactos.

Acá va: agarramos nuestra agenda y llamamos a Jorge Lanata, Lanata nos llevó a Nelson Castro, Nelson Castro a Ari Paluch, Paluch a Mauricio Macri, Macri a Borocotó, éste a Aníbal Fernández, éste a Kirchner, éste nos derivó a Alberto Fernández, quien nos mandó con un pariente suyo: el cantante Joe Fernández, ex de Flavia Palmiero e ídolo de esta redacción, quien nos derivó justamente a la ex Ola Verde. De la Palmiero fuimos directo a Franco Macri (ejem), Macri papá nos mandó con su hijo, “¿otra vez ustedes”, nos dijo Mauri, quien nos envió con Larreta, éste nos mandó con Lopez Morfi, de Morfi a la Bullrich, de Bullrich a Fabiana Cantilo (es la sobrina), de Cantilo a Fito Páez, de Fito a Charly García, de García a Menem (¡qué miedito!), Carlos Saúl no nos atendió, hablamos con la Bolocco, la Chechu nos envió con Pinochet, el secretario de Pinochet nos dio el teléfono de la Thatcher, la Dama de Hierro nos brindó el teléfono privado del Vaticano (ella junto Juanpa II derribaron el “telón de acero” comunista, averigüen), y en el Vaticano nos dijeron: “no, el Papa Benedicto no está disponible”.

Tiempo después nos dimos cuenta de nuestro error: no llamamos a Juan Alberto Badía.

Si la paz en el mundo no llega, nosotros vamos a asumir nuestra responsabilidad.

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