Kevin Federline (primera parte)
Nos cansamos de ser hombres pasivos, intelectuales de la posmodernidad, y decidimos volvernos terroristas para asesinar a Kevin Federline. Un acto de desesperación.
Sabemos que vivimos en un mundo posmo. Pero no todo es frivolidad, señores y señoras, no todo es un pedo al vacío. No, también debe haber compromiso político, ideales revolucionarios, hombres de acción. Desde Lauweb ya nos cansamos de la ironía, del cinismo, y queremos cambiar el mundo.
Sí, basta de andarnos con chiquitas: hay que matar a Kevin Federline.
No se asusten, no nos volvimos terroristas. Sólo queremos atentar contra Federline, nada más. Después volvemos a ser ciudadanos normales. Claro, podrán acusarnos de locos, decir que definitivamente se nos piantó un tornillo. No, no, no, no y no. Abran los ojos, caros lectores. No se dejen engañar por el discurso deslumbrante de Lafauci, o por el sex appeal de Gerardo Sofovich, o la reflexión crítica de Marcelo Tinelli. No crean en todo lo que ven, en todo lo que oyen. No crean en nada. Sean unos descreídos, métanse en sus countries o en sus departamentos en Las Cañitas y no salgan más. El mundo es malo, el hombre es malo y Kevin Federline es la plaga.
Tal vez no seamos comprendidos por los hombres de nuestra época, lo sabemos. Pero nuestro acto será estudiado y descifrado por generaciones futuras.
¿Atentar contra Federline cambiará el mundo automáticamente?
Pues seguro que no. Pero lo importante en una Revolución son los actos simbólicos. Derrumbaremos con nuestras molotovs a un símbolo del joven hueco, patético y ventajero posmoderno: Kevin Federline, ex marido de Britney Spears.
Pero antes de continuar con nuestro panfleto, déjennos contarles cómo fue que, de un día para el otro, nos hicimos terrorista por un día.
Todo comenzó con la noticia del divorcio de Britney Spears con su marido (es decir, el querido Kevin), y los juicios por tenencia, división de bienes, etc.
Federline nunca nos cayó bien, siempre nos pareció un gusano que se casó con la Spears para vivir de arriba, pero hubo un hecho que desencadenó la violencia, que sacó nuestro lado oscuro: el chantaje que le hizo para sacarle plata. El sátrapa la amenazó con exhibir un video porno privado si no le daba 30 millones de dólares.
Ok, hagamos un pausa para poder reflexionar.
No es que Britney sea santa de nuestra devoción, de hecho es bastante tonta sólo por el hecho de haberse casado con este gil. Pero lo de Federline sobrepasa cualquier límite ético.
Esas eran nuestra plegarias, que Kevin cambiara y pidiera perdón, que mostrara su lado humano. Pero no. Todo siguió empeorando. Hasta pudrirse del todo.
El punto de “no return” fue cuando Toti Chumpete le comentó esta noticia a La Vieja. “A ésssste hay que matarlo”, dijo nuestra benemérita secretaria, quizás rememorando las constantes maltratos a los que la sometía su difunto marido (QEPD).
Toti se río: “No seas extremista, Vieja. Además, ¿quién se va a animar a sacrificar su vida para matar a un gusano como Federline?”.
Silencio.
Redoble de tambores.
Primer plano en los ojos furiosos de la Vieja.
Primer plano en los ojos desconcertados de Toti.
Música de suspenso.
Plano general a la redacción, absorta esperando las palabras de la anciana secretaria.
Primer plano al rostro encantador de la Vieja.
Silencio.
“Yo voy”, fueron sus palabras.
Y así fue que de secretaria discreta, la Vieja pasó a fana de Michael Jackson e inminente terrorista. En el próximo capítulo de esta violenta entre(no)vista sabremos cuál fue el destino de la querida (y despreciable a la vez) secretaria.
Continuará...
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