La llegada del Guachín
Paren todas las rotativas: conseguimos al reemplazante de Toti Chumpete. Es un hombre con mucha experiencia… en el mundo de la droga, el sexo y la cumbiamba.
Durante todo el año pasado nuestra estrella fue Toti Chumpete, ¿a qué negarlo? El hombre se ganó su fama a puro sacrificio, pura indignidad, pura falta de voluntad. Pero se nos fue. No, no murió: se fue a otra sección, que se llama “Toti con fritas”.
En un esfuerzo de producción sin precedentes decidimos hacer un casting para reemplazar a nuestro cronista estrella. Muchos mails llegaron, muchas entrevistas laborales hicimos, pero el vacío que dejó Chumpete es difícil de llenar.
Luego de un largo debate, de horas extras de trabajo, y de entrevistar a dos… mil… no, a dos personas entrevistamos nada más para el puesto.
Una era ciega y la desechamos enseguida, por lo cual después nos llegó una demanda del INADI por discriminación, a lo que nosotros explicamos que es imposible contratar un periodista ciego, a lo que nos dijeron que existe el braille y eso… En fin.
El otro entrevistado fue un pibe llamado Marco “el guachín” Antonio. Enseguida lo tomamos. Ah, sí, sí, sí, no dudamos ni en segundo, en parte porque no teníamos otro y en parte porque nos conquistó con una cumbia que se cantó frente a todos y por la cual nuestra secretaria La Vieja quedó enamoradísima.
Vestido con ropas holgadas, con el pelo teñido con agua oxigenada y con el dedo índice y gordo de su mano derecha en forma de pistola llevándosela al mentón, mientras decía “eh, viejita, viejita”, el Guachín entonó esta conmovedora cumbia villera que aquí reproducimos:
“A la palma, a la palma, a la palma / eeeh, no seas piola, vení chupáme las bo… / si te gusta la cerveza / es porque no probaste esta / no me importa que me elijas / a mí me chupás bien la pi…// Tomá toda mi leche / es nutritiva y tiene proteínas / tomá mi leche / y mamá el chumpete / ¡hacéme un pe…!”
Aplausos de pie. Alguien con tanta sensibilidad poética era justo lo que estábamos buscando para reemplazar a Toti Chumpete.
Y así fue como Marco “el guachín” Antonio abandonó su desconocida carrera como cumbiero para meterse en el glorioso mundo de la entre(no)vista.
Eso sí: al Guachín no le gustó mucho que La Vieja se le tirara encima culpa de su poesía erótica, y andan medios peleados. Pero bueno, estas son cosas que pasan en toda gran empresa y que no afectará el producto artístico resultante (¿?).
Para la próxima, no se pierdan la primera e inolvidable entre(no)vista de nuestro nuevo reportero el Guachín.
Temor.
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