21.7.07

Mauricio Macri

Eh, loco, recatate, gato... Nos sale el “Guachín” de adentro. Es que, la verdad, nuestro cronista cumbianchero se re pasó al (no) contactar a Mauri.


Y... y... y... y...

“Vamo' la cumbia, la cumbia, la cumbia'... que somo' lo negruuuuuuu, somo' el pueblooooo, y lo vamo' a votá a Macriiiiii, porque Mauri es del paloooo”.

Para que vean que el Guachín y toda la cumbia no es un escape al capitalismo opresivo, y que también en ella se tratan temas políticos, comprometidos, va ese fragmento de una reciente composición de nuestro cronista, que continúa exactamente de la siguiente manera:

“A Telerman, a esa gatuuuuu, no le entiendo nadaaaa, y el Filmus es un guachuuuu con menos onda que un rulooooo... Y vamo', vamo' la cumbiamba de todos los negros que dice y que dice yyyy... Aguante Mauri, que es del pueblo, que es peronista... y vamooo al estribuuu... ¡Aguante Larreta, y su esposa re cheta!... Aguante Larreta, te rompo la cajeta...”

Y bueno, en esa parte de la letra le pegó mal la cafia y desbarrancó para cualquier lado. Aunque parezca increíble nuestro cronista, nuestro dios de la cumbia villera, Marco “Guachín” Antonio, votará a Mauricio Macri, el líder del PRO.

Y no sólo eso: el tipo es fanático del bigotito rubio. Por eso, le dijimos: “andá a entrevistarlo entonces, si tanto lo bancás”. ¿Choque de culturas? Estuvimos por venderle la nota a la Revista 24, justamente con ese título. Imagínense: "rey de la cumbia conoce empresario facho". Fuerte.

Igual, el Guachín iba en plan de fanático, por más increíble que sea. Bah, tan increíble no es: el tipo es hincha de Boca y piensa que el Mauri hizo una buena gestión.

“Ganamo' un montón de campeonato, ganamo'”, suele ser su excusa.

Y allá fue, en su falcon con la cumbia al palo, pensando que Mauri iba a estar en la puerta de la Bombonera esperándolo. No fue así, claro. Primera decepción.

El Falcón se le descompuso a las tres cuadras. Le pidió a Mauri que si realmente existía, se lo reparara de alguna manera. No ocurrió. Segunda decepción.

Se tomó el subte. En el camino vio un cartel de publicidad de Mauri con el signo de dólar pintado en los ojos. Reflexionó: “¿a Macri solamente le interesa la plata?”. Opa. Tercera decepción.

Bajó en la estación Palermo y caminó hasta la Rural. Empezó a la gritos: “¡Mauri! ¡Mauri! ¡Aguante Boca! ¡Dónde estás!”. Nada. Hizo tal escándalo que, claro, vinieron dos policías y se lo llevaron en cana. Nadie pagó la fianza. Nadie. Cuarta decepción.

Estuve en esa celda por dos días. Ahí lo agarró la barrabrava de Telerman y lo fajaron. La ausencia de Mauri fue dolorosa. Quinta y última decepción.

Ayer regresó a la redacción, con las manos vacías, varios golpes en la cara, medio rengueando, y sin el Falcon. Estas fueron sus sentidas palabras: “que ese Macri se vaya a la concha e' la lora, loco. Yo lo voto a Cherasny y listo, gatuu. Cuando lo necesité no estuvo, cuando quise comprar faso para calmar el dolor ningún dealer estuvo cerca... Eso no es pro, loco. Mauri, recatate. Eh.”

Temor.

No hay comentarios: