13.7.07

Daniel Hadad

Queremos armar polémica para tener más lectores. Por eso mandamos a nuestro nuevo redactor, “el Guachín”, a entrevistar al pope los medios progres: Danielito Hadad. Pánico.


“Somos los dueños del pabellón / y estamos cansados de tanta represión”. Y a las palmas, las palmas, las palmas, las palmas, las palmas, las palmas…

Ufff, estamos como locos en la redacción con nuestro nuevo redactor, que ya nos robó el corazón, el alma, el cariño… y las billeteras, los MP3, los celulares, etc. Pero lo material no cuenta acá, porque “el Guachín” llenó de alegría nuestra gris rutina.

Todos los días llega a la redacción a eso de las 10 (de la noche, claro), y comienza a batir las palmas, con paso de murga, mientras entona algunas de sus poesías.

Sin ir más lejos, ayer estrenó en exclusiva para todos nosotros su nueva canción, intitulada “El culo roto”. Sólo repetiremos los primeros párrafos para no tener problemas con el COMFER. Dice así: “Me gusta cuando callas, porque estás como ausente / pero más me gusta cuando abres la boca / para hacerme flor de pete”. Bueno, basta. Recordamos que nosotros sólo somos un medio para la poesía de “el Guachín”. Él es el único responsable de las barbaridades que dice. Que quede claro.

Bueno, vamos al meollo de esta entre(no)vista, que seguramente causará bastante revuelo. Por lo menos esa fue nuestra intención. Para vender más tenemos que crear polémica, al estilo de Revista 23 o Noticias o 7 días o Caras o incluso la Billiken. Ah, sí, sí, sí, ¿y qué mejor que usar a nuestro nuevo cronista estrella para entrevistar al pope de los medios progres? Sí, claro que sí, hablamos de Danielito Hadad.

Imagínense: el choque de dos mundos opuestos, el de nuestro Guachín y el de Danielito. Cualquier cosa podía pasar. Lo mandamos a Marco Antonio hasta Radio 10 para intentar hacer contacto.

En la entrada se encontró con otro amigo progre, el Negro Oro, que cuando vio al Guachín pegó un salto hacia atrás al grito de: “¡Un negro, un negro! ¡Un negro cumbianchero! ¡Vade retro!”

La respuesta del Guachín fue más que civilizada: “No, señor, que no lo asuste el color de mi piel y mi pelo oxigenado. Sólo quiero un peso pa’ la birra”. Pero el Negro ya se estaba tomando un taxi en la esquina, rumbo a San Isidro.

De Danielito ni noticias.

Pasaron los minutos, pasaron las horas, pasaron incluso los días, pero el zurdito de Hadad no aparecía.

Al Guachín entonces no se le ocurrió mejor idea que hacer un piquete enfrente a Radio 10. Pintó un cartel que decía: “Jadá, compadre, la concha de tu ma…”, quemó unas gomas y se sentó a esperar, con la cumbia de su Ford Falcón al palo. Y ahí se armó el quilombo.

“Protesta de bolivianos en frente a Radio 10”, anunciaron desde el noticiario. “Cortan la calle y queman gomas, sin dejar circular libremente a los ciudadanos comunes y respetables, no como estos negritos sucios que escuchan cumbiamba. ¡Qué asco!”.

Toda esta campaña en contra del Guachín, no lo hizo retroceder ni un paso. Por el contrario, lo enfureció. Pero claro: el poder de la prensa es grande, y lo que empezó como la protesta de un simple colega terminó siendo pintado como “el motín de un montón de bolitas sucios, roñosos y haraganes” (según palabras de la 10).

Sin embargo, nuestro Marco Antonio no aflojó. Con un coraje que muchos periodistas respetados no tienen, se quedó soportando todas las afrentas de la clase media acomodada, sin bajar ni un poco el volumen de su cumbia villera y con el humo negro bien espeso.

A la semana, no obstante, llegó la gendarmería con sus balas de goma, sus gases lacrimógenos y sus helicópteros. A nuestro novato redactor lo reprimieron sin piedad. Se lo llevaron de nuevo preso, y así sigue hasta hoy.

Si alguien quiere pagar la fianza, escríbanos al jadáselacomedoblada@hotma.com. Y recuerden que el Guachín fue encarcelado por la libertad de prensa, por defender nuestros derechos, por… Nos emocionamos, la pucha…

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